Un órgano positivo antiguo en la provincia de Jujuy (Argentina)
En la República Argentina han perdurado tres órganos del período
hispánico - colonial, de los que hemos podido constatar su existencia
con toda seguridad. Tales instrumentos son:
1º.- órgano positivo para procesiones hallado en la Parroquia de
San Pedro de Susques, Provincia de Jujuy, en la Puna de Atacama (s. XVII - XVIII);
2º.- órgano colonial del Museo Sobremonte de Córdoba (anteriormente
en el Convento de las monjas Carmelitas de la misma ciudad), Prov. de Córdoba
(mediados a fines del s. XVIII);
3º.- órgano de coro de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires,
Ciudad de Buenos Aires (probablemente construído por Louis Joben entre
1792 y 1810, aproximadamente).
A los que deberíamos agregar, algunos pocos tubos más hallados
en el órgano de la Iglesia de Santa Catalina de Siena de Buenos Aires,
construído a mediados del siglo XIX.
El positivo de San Pedro de Susques actualmente permanece sin tubos, solo se
conserva la estructura de la secreta única, aparentemente para tres juegos,
el teclado completo de cuarenta teclas con octava corta, sus dos fuelles de
cuña, reducciones, válvulas principales, y caja. En el órgano
del Museo Sobremonte de Córdoba se han realizado algunas grabaciones
discográficas en décadas pasadas, y al parecer, el mismo se encuentra
aún en buen estado general de funcionamiento. El Órgano de Coro
de la Catedral de Buenos Aires ha sido restaurado en 1996, y se lo utiliza actualmente
en recitales y conciertos diversos en dicho templo; anteriormente siempre estuvo
en uso, aunque escasamente en la liturgia; con motivo de su restauración,
se han develado varias incógnitas que nos indicarían firmemente
que el mismo es obra del organero francés Louis Joben (1752 ? 1835).
Existió y aún existe en Susques una fuerte tradición de
procesiones con músicos que recorrían todo el pueblo, y según
testimonio de la Expedición de Montfort y La Grange de 1908, pasaban
por todas las calles y casas en un carro; de esta forma la liturgia de la Iglesia
Católica Romana se mezclaba con diversas prácticas ?paganas?
del tiempo de los incas y pre-incas; entre ellas la adoración de los
cuatro puntos cardinales: antisuyo (este), chinchasuyo (norte), contisuyo (oeste),
y collasuyo (sur) como límites del extenso Imperio Inca, cuyo centro
era el Tahuantinsuyo (Cuzco). De allí que la localidad de Susques, ubicada
exactamente bajo el Trópico de Capricornio, esté circundada por
cuatro ermitas llamadas ?apachetas?, que aún existen en el
cerro que la rodea y orientadas a los cuatro puntos cardinales.
Hacer clic en la imagen para ampliarla en una ventana separada
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Pueblo de Susques visto desde el camino de acceso entre montañas de
la pre-cordillera de los Andes. |
Boulevard San Martín, calle principal de Susques, donde se encuentra
la Parroquia de San Pedro. |
?Lujoso Hotel 5 estrellas? donde se alojó el autor de esta investigación.
En la parte superior de la fotografía, recortada entre el cielo y el cerro
se distingue una de las cuatro apachetas cardinales. |
La propia iglesia de San Pedro se encuentra rodeada a su vez por cuatro pequeñas
capillas en los cuatro ángulos del predio en el cual fue construida a
principios del siglo XVII.
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Iglesia de la Parroquia San Pedro de Susques; a la izquierda del muro
de entrada se aprecia una de las cuatro capillas. |
Puerta de entrada del templo |
Torre y campanario de la iglesia, vista desde atrás. |
Parece que allí tenía lugar una antigua ceremonia de adoración
a la tierra (llamada Pachamama por los habitantes de la Puna), y a la cual la
Iglesia o al menos el obispo permitían y toleraban para regocijo de los
primitivos habitantes. No descartamos que el mismo positivo haya sido colocado
en el carro procesional, o que se lo tañese también en las procesiones
de Nuestra Señora de Belén (23 de enero), patrona del lugar. Una
cita del Padre Alonso de Ovalle, perteneciente a su obra ?Histórica
Relación del Reino de Chile?, nos refiere que hacia 1626 en la ciudad
de Santiago de Chile, en las procesiones de la Santísima Virgen, se oían
las coplas: ?Todo el mundo en general a voces Reina escogida??
sobre las cuales Correa de Araujo compuso sus célebres Tres Glosas sobre
el Canto llano de la Inmaculada Concepción que cierran la Facultad Orgánica,
publicada ese mismo año en Alcalá.
Varias son las incógnitas que se presentan en torno al instrumento de
Susques, y trataremos de abordarlas con la mayor objetividad, y una cierta dosis
de escepticismo, para evitar caer en conclusiones falsas o apresuradas.
En rigor estricto, como anteriormente lo hemos mencionado en nuestro ?Censo
y Estudio de los Órganos de la República Argentina? (1996),
es muy difícil precisar la fecha de construcción del instrumento,
pero de confirmarse algunos supuestos, estaríamos ante el órgano
iberoamericano más antiguo de Sudamérica. Al menos sería
contemporáneo del Órgano del Evangelio de la Capilla de Andahuaylillas,
pueblo cercano a la ciudad de Cuzco en Perú (c. 1630/40). En este país
y en la misma zona del Cuzco, donde otrora se levantara la civilización
Inca, y de la cual Garcilazo de la Vega nos refiere en sus Comentarios Reales,
los últimos ecos de la misma; perduró al menos hasta 1935 una
antigua tradición en materia de construcción de órganos.
Nos referimos a los ?pampa ? pianos?, pequeños órganos
positivos, construidos por criollos de ascendencia inca, testimoniados en una
fotografía que aún hoy día se vende como postal en las
viejas recovas de la Plaza Mayor del Cuzco.
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Organero cuzqueño en su taller del pueblo de Tinta, reparando un pampa
? piano. Foto de Martín Chambí. |
El término pampa ? piano, de por sí equívoco
y confuso, nada nos devela, pero al menos nos confirma una construcción
de órganos positivos por tradición, que podría remontarse
al siglo XVI.
La procedencia del positivo de Susques, habría que buscarla
entonces en Perú o en el Alto Perú (actual Bolivia), siendo trasladado
a ?lomo de mula? según consta en los gastos realizados para
la instalación del órgano de la Parroquia de Humahuaca, hacia
1673, hoy inexistente. Curiosamente, la compra de este instrumento similar,
en una iglesia de la misma provincia de Jujuy, está documentada en un
libro de gastos pertenecientes a la Cofradía de la Virgen de Copacabana,
estudiado con detenimiento por el Dr. Francisco Curt Lange, y publicado en 1950.
En el mismo libro se menciona también la compra posterior de un monacordio,
de un terno de chirimías y de un bajón, pero no hay mayores datos
sobre el órgano.
Esta primera aproximación al siglo XVII es bastante verosímil,
pero aún no aclara otras incógnitas: la primera de ellas es la
peculiar extensión del teclado de cuarenta teclas ? Do/Mi1 a Sol4
? por el momento y al menos desde estas lejanas tierras sudamericanas,
hemos tomado conocimiento de la existencia de tan solo tres positivos europeos
de similares características: el primero de ellos en el Museo Histórico
de Basilea (inv. 1927 ? 258), Suiza; el segundo se encuentra en el Museo
de Bregenz, Austria; y finalmente el tercero es el famoso órgano de procesión
de la Infanta Isabel Clara Eugenia en el Palacio del Escorial, construido por
Brebós en 1589. La tradición ibérica se ajusta siempre
a 42 o 45 teclas, pero sería interesante constatar si realmente existieron
en tiempos más recientes, instrumentos con esta extensión de 40
teclas, al menos en positivos, de no ser así, las referencias existentes
nos llevarían inevitablemente a fines del siglo XV o principios del XVI.
Nos parece muy prematuro, debido a que la primera expedición de Diego
de Almagro hacia Chile, aconteció alrededor de 1536, pasando probablemente
por el lugar, pero la capilla de Susques habría sido construida a principios
del siglo XVII.
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Interior del templo de Susques con altar principal. |
Tribuna alta para el coro, a la izquierda se ve la estructura del positivo. |
Escalera para ascender a la tribuna. |
Podría tratarse además de una limitación
impuesta por el constructor, o inclusive de un error; pero si es así,
¿porqué hallamos en todos los órganos coloniales de Bolivia
y Perú, la correcta extensión de 42 o 45 teclas?
Como dijimos antes, actualmente el instrumento carece de sus respectivos
tubos.
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Positivo de Susques |
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Según una fotografía tomada en 1940, y publicada
en el libro ?Músicos Argentinos durante la Dominación Hispánica?,
del jesuita Guillermo Furlong, al parecer eran todos de metal y de muy escasa
altura: 2? o solamente 1?
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Fotografía de una lámina del libro ?Músicos Argentinos durante la Dominación
Hispánica?, por Guillermo Furlong, S.J. Editorial Huarpes ? Buenos Aires,
1944. |
Fuelles de cuña, uno de ellos ha sido restaurado en tiempos recientes
con cuero de tapicería. |
Fuelle restaurado con sus pliegues abiertos. |
Se ha podido constatar la típica división ibérica
entre Do1 y Do#1 en la secreta; y además se aprecian a simple vista,
las prolongaciones de las correderas sobre los costados de la caja: dos del
lado izquierdo y una del lado derecho.
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Detalle de las correderas del lado izquierdo |
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Una de las correderas del lado izquierdo, accionaba al menos un juego completo,
es decir un registro entero de 1?; el juego restante era dividido en mano
izquierda y derecha, al parecer por la distribución en la secreta,
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Vista posterior de la secreta con su correspondiente pandereta, obsérvese
que uno de los juegos es un medio registro. |
Vista frontal, en el ángulo inferior izquierdo se advierte el conducto
de ingreso del aire a la secreta. |
Otra vista posterior, a la izquierda se aprecia la abertura para la
corredera izquierda (faltante), que accionaba el medio registro de mano
derecha. |
los bajos (izquierda) estaban colocados en el frente de la secreta, y a su
vez servían de fachada, los tiples (derecha), eran exactamente 19, la
cantidad exacta de tubos entre Do#1 y Sol4. Los italianos llamaban a este tipo
de instrumento ?organeto?, según se cita en el tratado de bajo
continuo de Agostino Agazzari, 1607, y probablemente requerido para el ?Orfeo?
de Claudio Monteverdi, reforzado con el bajón hispánico, era de
gran utilidad en los templos coloniales y suplía a los grandes órganos
de trece palmos.
Toda la mecánica estaba operable, al menos hasta agosto de 1991 cuando
se realizó este relevamiento; el teclado está completo, su accionamiento
es directo sin reducciones, y aparentemente de construcción sólida.
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Caja de las válvulas principales con sus correspondientes resortes.
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Vista frontal completa con el teclado, obsérvese la octava corta original,
y la distribución de orificios para los tubos frontales. Así mismo se aprecian
claramente las 40 teclas terminando en Sol4 en el extremo agudo. |
Según declaraciones verbales de la directora de la escuela de enseñanza
primaria y media de la localidad, los pocos tubos que aún subsistían
del instrumento, fueron guardados en una ?caja de zapatos?, para evitar
que los turistas furtivos se los llevasen como ?souvenirs? del pasado
colonial hispánico. Intentamos buscar la ?caja de zapatos?
por toda la capilla y sacristía, sin éxito, aparentemente la misma
estaría en poder del ecónomo del templo, debido a que el párroco
del lugar es itinerante, no vive en el pueblo y a veces pasan hasta tres meses
para que retorne a celebrar misa y sacramentos. El templo con todas sus pertenencias
ha sido declarado Monumento Histórico Nacional de Argentina; debido al
buen estado general de conservación de la secreta y mecánica,
consideramos que una restauración del positivo de Susques sería
posible, incluyendo la reconstrucción total de sus tubos. Al menos en
1991, no advertimos deterioro o carcoma en la madera, como se aprecia en las
fotos, las tablas de los fuelles son las originales, y al menos uno de ellos
conservaba un cuero antiguo. Las mensuras de los tubos podrían obtenerse
de algún instrumento del Cuzco o de Bolivia, y el costo de los mismos
con un porcentaje muy alto de plomo, sería bastante razonable. Teniendo
en cuenta lo poco accesible del lugar, y mas allá de la restauración
con fines de conservación de patrimonio, cabe hacerse la pregunta: ¿quién
ejecutaría el órgano y con qué fines? A lo que respondemos
con otra opción práctico - musical: construir una réplica
del instrumento para ser usado en ensambles vocales e instrumentales de música
colonial latinoamericana. El positivo de esta época sonaba casi siempre
en las iglesias de América junto al arpa (de una o dos órdenes)
y al bajón, las partes de coro eran reforzadas con el infaltable terno
de chirimías; constituyéndose así en una capilla de instrumentos
musicales de transición entre el Renacimiento y el Barroco iberoamericano.
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Miguel P. Juárez a la entrada del Templo de San Pedro de Susques, agosto
de 1991. |
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Miguel P. Juárez, organista ? Buenos Aires
? Argentina
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